Una verdadera osadilla, es aquélla que va directo a una conquista, en un terreno completamente desconocido, creyendo y contando con la gente que se tiene, sin darse cuenta que cada una de estas personas, tiene su propia percepción y su propio interés, para beber un trago enorme de ese amargo y desviado caudal que entorpece cualquier designio que se tenga para el país.
Un propósito firme y duradero que un día estuvo en la mente del Mandatario Jimmy Morales y se fue desvaneciendo a pasos agigantados, convirtiéndose en un total despropósito, como un mal tropiezo para el desbaratado plan de desarrollo para Guatemala. Las ilusiones de nueva y larga vida para los más cercanos dejaron de ser, al poco tiempo de tomar posesión, donde los círculos de parentela más íntimos, los despertó una realidad y tuvieron que irse poco a poco desentendiendo de sus propias ilusiones o ambiciones.
Un mapa de gobierno configurado para pocos, con objetivos claros y preclaros, pero con pocas respuestas para todo un país. Sin planes de desarrollo sustentable, con muchas preguntas y el eco de ninguna respuesta. Una pirámide de humo espeso, que cuesta desvanecer, no por el humo, sino por su razón de ser. Gente supuestamente pensante, que hace parecer que tienen un jefe que se le olvidó pensar y solucionar toda una serie de necesidades urgentes, de un pueblo con alma mezquina y sedienta, sabiendo que son un pueblo robusto, pensante, que nunca ha dejado de ser ingenuo y lo peor, un pueblo que sigue esperando y que con su pan, se lo sigue comiendo.
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