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sábado, 1 de julio de 2017
Las benditas remesas...
Con mil millones de Dólares como premio, por haber separado familias, abandonado hijos y esposas y la tierra natal que ahora es todo un país que espera con ansias las Benditas remesas para acallar un poco los lamentos de la soledad.
No hay como sentir la delicada textura de un billete con tonalidades verdosas y exquisitos detalles de un diseño grafico tan artístico, como si fuera una obra de arte con la mirada apacible de los personajes de antaño con un esbozo de sonrisa, como queriendo decir: Tranquilo, todas tus necesidades materiales te las resuelvo yo.¨
Definitivamente, así es y mas cuando uno hace la respectiva conversión a la moneda nacional, la resonancia del poder de los Dólares, se hace más y más sonora, enloqueciendo la visión de poseer todo lo que el mercado genera, auque no lo necesitemos.
Sueño y fantasía de conquistar supuestas grandezas materiales que se van acomodando en medio del tiempo, la edad, el esfuerzo y la lejanía de unas raíces que se hacen más fuertes con la distancia como queriendo olvidar y es cuando también la memoria es mas fuerte, que nos recuerda hasta los olores de nuestra cultura que la llevamos en el alma, espíritu y corazón.
Esto queridos lectores, no es nuevo, les aseguro que ha sido tema de siempre, bueno yo en lo personal, lo vengo oyendo desde que estaba en primaria, cuando mis amigos y compañeros llegaban asustados, con un nudo en la garganta, de que se habían quedado sin papa, pues se había ido para el Norte a buscar una ¨ vida mejor para los suyos.¨ Con mis incipientes conocimientos de geografía, llegaba a contar a mi familia que todos los Papás estaban yéndose para Peten, el Departamento más grande de Guatemala, ya que la situación ahí estaba mucho mejor, era cuando mis padres me aclaraban que no era Petén, sino la Gran Potencia de los Estados Unidos, ellos también se estaban quedando sin amigos, dejando en su terruño, la esperanza de enviar muchos dólares para poder sostener al hijo que iba a nacer o encargar a los patojos a unos tíos lejanos unos días, que después se transformaron en años y después en toda una vida, para luego ser un recuerdo que se perdió para siempre en las áridas tierras de un desierto lejano, o en un proveedor de necesidades de alguien que nunca pudo conocer, ahora ya no puede regresar.
A medida que nuestro proceso natural de crecimiento continua, este mal casi necesario de buscar una vida mejor, ha sido paralelo a nuestra existencia, aprendiendo a ser reacio a aceptar esta realidad que nos desmorona la conciencia, cuando después de la ilusión de lo que puede comprar una moneda extranjera, nos deja la triste realidad de convivir con el dolor del recuerdo y el desamparo de muchos que no pueden llenar esa soledad con las ricas marcas de una era de consumo, pues hay necesidades que no tienen nada que ver con el materialismo existencial, sino con los lazos que se edifican con el tiempo, convirtiéndose en los elementos sagrados de la convivencia humana.
Fuga de cerebros y conocimiento tecnificado, eso es lo que hemos tenido en todo este tiempo, que allá se reconoce como mano de obra barata o de servicio, pero lo que se gana es lo que se ganaría aquí con dos licenciaturas y una maestría. Es cuando estamos divididos como guatemaltecos, unos haciendo el sacrificio de quedarse en nuestra patria, haciendo todo el esfuerzo y aportando todo su potencial humano para que nuestra patria continúe, y los otros que hicieron también el enorme sacrificio de buscar otra oportunidad de vida, dejando todas sus riquezas, familias y sueños truncados que ahora son la herencia de los hijos que suspiraron siempre con la distancia que separaba a sus padres. Pero lo cierto amables lectores, este hecho, es nuestra realidad, que lo hemos pesado y sopesado por décadas, donde hemos tenido que cruzar las barreras interculturales, lenguas, idiomas y valores que han hecho exaltar al ser humano, pero también mezquindades que empobrecen, como la situación de ser extranjeros en una tierra hostil y ser originarios de un país que se clasifica en el tercermundismo. Prejuicio tonto que ha querido desvanecer la grandeza de un país, pujante, conquistador, que se ha propuesto la resolución pacifica de conflictos, superando los destrozos de las guerras fraticidas, y que nuestra mejor y gran riqueza es su gente, que es lo que hemos podido darle al mundo, pues es gente llena de esperanza y trabajadora, portadora de poder y querer desarrollar el lugar donde se encuentre.
En esta época de Revoluciones, quiero enviar un saludo a todos mis hermanos guatemaltecos, los residentes y los que están en el extranjero, felicitándolos por su aporte y diciéndoles que dondequiera que se encuentren verdaderamente, hacen de Guatemala, un país con mas territorio, con mas sueños y con mas fuerza. Los millones de dólares, se pueden hacer de miles de maneras, lo que no se puede hacer así, son los valores que intrínsecamente están ligados a los guatemaltecos, como lo están las teclas morenas de la Marimba, que son nuestro color, nuestra música, nuestra identidad.
Ojala, que algún día ya no necesitemos estar en el extranjero para poder perseguir nuestros sueños, pero también que nunca olvidemos que parte de nosotros los guatemaltecos estuvo en el extranjero para poder sobrevivir y poder enviar unas benditas remesas para que la economía de nuestro país se sintiera un poco aireada. Esa para mí, si es una verdadera Revolución.
¡Hasta la próxima apreciados lectores!.
La infamia y la estupidez
Pensar en una política urgente para la escabrosa calamidad que sufre Guatemala, es dar patadas de ahogado, en el maremágnum de situaciones que van desde la desnutrición, hasta la corrupción, que ha invadido prácticamente a todos los sectores, que se dicen las fuerzas vivas del país.
El total desconocimiento de las herramientas sociales, políticas, económicas y morales, para la dirección sabia de los destinos del país, nos ponen a todos en la terrible realidad de no contar, no con un plan B, sino carecer plenamente de un plan, que trascienda al país, al siguiente estadio de proyección y que nuestra historia tenga a bien, recibir y albergar las buenas intenciones y el buen desarrollo de toda la nación.
Hoy, nos encontramos ante una picota de nuestro propio destino, con el descaro de la ambición desmedida y la ignorancia del cómo hacer, para buscar, entre tantos vericuetos, la justicia, los valores, la política verdadera, para que la riqueza fluya y llegue hasta el más lejano de los compatriotas.
Las componendas viles, el terrorismo interno, la violencia, la delincuencia con todas sus aristas y la mal intencionada corrupción y la ignorancia en el manejo del país, nos hacen vulnerables ante el mundo, no por miedo ante una invasión, sino por el ejemplo que damos, al ser un país de ingenuos, que no solo permitimos cualquier tipo de envestida, sino que lo queremos justificar, como una cosa normal y como parte de la naturaleza humana.
La situación es tan embarazosa, que nos empezamos a sentir indiferentes ante cualquier abuso o corrupción, que de súbito aparezca y lo peor, nos embadurnamos en la crítica, el chisme y los rumores, sin mover un solo dedo, como si se tratara de una situación muy lejana a nosotros mismos.
Es necesario entonces, reconocer la más urgente de las necesidades, la petición en el grado de súplica, el más importante de los derechos inalienables para todo ser humano, la mejor de las exigencias, el punto de partida para retomar el camino y el orden, para quitarnos la estúpida vergüenza social de encima, con la sencilla palabra de Dignidad señores… Es el reinicio de una verdadera convivencia humana, es el respeto a toda naturaleza y condición, para continuar como nación. Dignidad.
Geopolítica. Un concepto frustrado para una vida sustentable.
A lo largo de toda la historia, el hombre ha provocado siempre acciones, con sus respectivos intereses muy particulares, a tal punto de caer en un total egoísmo, que el beneficio de esta situación recae en muy pocas manos.
El hombre crea más pobreza que riqueza. El hombre crea riqueza, solo para él y cuando la idea requiere compartir dicha riqueza, el beneficio es para un pequeño grupo de emprendedores inescrupulosos, que no le ha importado pasar sobre la dignidad de nadie.
De tal manera, surgen las fronteras y la naciones, no como una cuestión de unidad, sino para mantener a una humanidad dividida y acechada, por la ambición de los más mezquinos y embusteros, que se mantienen creando necesidades y materialidades para las mayorías, que hoy y siempre, han vivido la eterna lucha de la sobrevivencia.
Los grandes movimientos sociales, siempre han empezado por un interés particular, que han encontrado refugio en las necesidades de las mayorías, que se hacen una masa social, que de inmediato se convierte en una lucha, en una batalla de derechos, con el beneficio para pocos. La gran revolución industrial, partió de esa manera, con la bendición del Papa y generó más pobreza que riqueza y sus grandes males concluyeron en explotación laboral, contaminación ambiental y mal uso de los recursos naturales. Un costo excesivo, para el ímpetu que conllevaba.
Tenemos a una humanidad dividida y extorsionada. Dependemos de fronteras que solo existen en nuestra imaginación, así como la riqueza y la pobreza. Las revoluciones y movimientos sociales, siempre finalizarán en un propósito del averno, que ahuyenta cualquier buena intención. No contamos con políticas de desarrollo social sostenibles en la tierra. Las políticas existentes, están llenas de poder, ambición y aniquilación de los más débiles, por una materialidad engañosa, que no nos conducirá a nada. Las naciones de poder, se quieran dividir más aún… Se agrupan y quieren deshacerse del resto. Un mundo para pocos, según los más atolondrados.
Es necesario entonces, conceptualizar el modo y medio de producción, pero nada de esto funcionará, mientras existan pueblos cautivos, pueblos explotados, pueblos pobres y corruptos, además de la pobreza, la enfermedad, el hambre y la aceptación del resto de la humanidad. Una total vergüenza. ¿De qué estamos hablando señores...De construir más muros? Creo que estoy completamente de acuerdo… Nos hace falta un buen monumento a la Estupidez…
Gobernando en un país imaginario…
En nuestra Patria Guatemala, más amada que odiada, donde surgen eventos maravillosamente sorprendente, como cosas cruentas y repudiables, tan oscuras e incomprensibles, como la oscuridad que pronto nos traerá un nuevo amanecer e iremos nuevamente a la conquista de lo que el nuevo día nos trae.
La realidad, es un entretejido de situaciones muy apremiantes y difíciles de tratar, pues muchas son producto del tiempo, otras de pura costumbre y otras, que nos sobrevienen por la dificultad de sobre llevar a cuestas el mal vicio de la corrupción.
Esto, señores, no es un reto para un Presidente, sino para un equipo de trabajo, con la visión de héroes, que hagan trascender a toda la nación para cualquiera de las postrimerías. Un problema de generaciones, que deja mudo a cualquiera que esté involucrado en solo la búsqueda de soluciones en sumo urgente, pues ya vamos tarde, para adecuarnos a los compromisos, que como las urgencias, igualmente han nacido y la solución en si, ya se ha hecho anticuada.
Situaciones y soluciones que solo han servido para apuntalar el problema, mientras este crece, sin ningún resquemor de afectar a cualquier mayoría esperanzada en la nada, o en alguna promesa que pronto se hizo falsa, porque no hay ninguna filosofía que las resguarde.
El Presidente de hoy, Jimmy Morales, asegura y nos promete, las urgentes soluciones del ayer, con un ensueño del futuro, que con un equipo de ensueño, trabaja solamente para mantener la mascarada de una imposibilidad. Se ha quedado con todo, para no hacer nada. No hay soluciones para los más ingentes problemas, ha creado pantanales donde todos, lo han dejado navegar solo y también, sin darle las herramientas, más que las que existen en una falsa promesa que todo saldrá bien y los más cercanos, terribles aduladores, le aseguran que aunque sea un incomprendido, es un héroe, con la falsa figura de que será el mejor presidente de la historia del país… El, ya lo empezó a predicar y los aplausos, no le permiten escuchar al pueblo que demanda Justicia, pan, granos básicos y medicina. Pero el audaz señor Presidente, ya tiene todas las soluciones, para los problemas que en ese tiempo fueron, ahora tenemos problemas con más aristas y que siguen sin solución en nuestra terrible realidad, que no es lo mismo que todo esté arreglado, con seguridad, salud, vivienda, educación, pobreza extrema, ancianidad, nutrición, etc… En un país de grandes dimensiones imaginarias, en la mente de un Presidente que no está viviendo nuestra lamentable realidad… ¡Animo Guatemala!
Entre tiranos y mendigos
Hay cosas en la vida, que cuando uno las piensa, jamás se percibe la explicación y cuando ésta existe, siempre es algo intangible, abstracto e inefable.
El poder, esa fuerza absoluta que nace de las profundidades de la ambición y la mezquindad, es la única luz tenue que un “líder pobre” puede ver, antes de quedarse ciego y ser la primera víctima de la vanidad, el orgullo, la pasión por la ovación, los vítores, los vicios y el dinero. No tiene otra cosa en la mente, que pretender dominar, atacar y destruir al semejante que se oponga a los intereses propios y mundanos de una mal llamada revolución.
El objetivo principal, es el hecho de dominar al semejante y despotricar sus fortunas y sus vidas, guardando para si sus recursos, por el temor al fracaso, a la mediocridad y a la soledad; un simple miedo de ser una simple creatura, que no quiere aceptar su propia mortalidad.
Robar, matar y destruir, son los pilares de cualquier revolución que surja y que siempre se hará con el dinero obtenido de otros, ya sea por la fuerza o por la misma ambición de obtener parte de “ese poder” e incrementar sus riquezas, aunque se obtengan del robo y de la muerte. Son esos, que están al acecho, patrocinando las acciones de los supuestos líderes, sin ninguna garantía de lo que va a suceder, pero es un riesgo que quieren correr, por el solo hecho de estar cerca del “líder dominante” que los hace vivir con el resplandor del poder, pero se sabe que nunca lo tendrán, ni lo entenderán; no por ser tontos, sino por ingenuos.
Con todo esto, nosotros mismos hemos creado a esa bestia ambiciosa de poder, sedienta de absorber todo tipo de pensamiento y de materialidad; una bestia que dejamos crecer y que la hicimos creer que es absoluta. Una bestia que se empieza a sentir como un dios hacedor y que busca el aplauso de todo y por todo, por muy estúpida que sea la acción.
Una bestia que se empezó a creer la inmortalidad, rodeada de infames, traidores, aduladores y ladrones. Un animal raro, que todos hemos visto y aceptado crecer en otros, como instituciones hemos guardado en silencio y los hemos vitoreado y nos hemos acostumbrado a comer las migajas, casi con el sentido de la comprensión. Los reconocemos como líderes, humanos, solidarios, héroes de mil batallas sin sentido, pero héroes al final, los aceptamos y les damos las preseas necesarias, como el reconocimiento a su magnífica labor, pues ya no quedan testigos que confronten y afronten las injusticias cometidas, nos mostramos hermanos, semejantes, coherederos de la tierra, por el solo hecho de que alguien tuvo el arrojo de demostrar esa bestia que todos llevamos dentro.
Un poco de caridad, por favor…
En estos tiempos, donde las despavoridas multitudes crecen sin motivo aparente, yendo todos a todos lados y lo peor, yendo a donde no saben a dónde ir, van al final, a donde los lleven y el que los lleva, va por el intento de un lugar, rogando que ese destino, resulte ser una experiencia que deje huella en la vida de todos sus seres queridos.
Una época muy especial de fin de año, dónde todo se pone en oferta y las compras tienen su nivel de locura, comprando lo que no se necesita o por lo menos que sea una compra, para cuando se llegue a necesitar. Luego, los productos empezarán a envejecer, esperando ese momento de uso, que nunca llegará y es precisamente, cuando uno los pone en el menaje de posibles regalos a ofrecer, para una ocasión de celebración de algún familiar, amigo o vecino; pensando para qué fue comprado dicho artículo y qué fue el motivo de gastar en algo tan caro.
Un verdadero atosigamiento peatonal, vehicular, gastronómico y existencial… Que de pronto, todo empieza a moverse en modo de despacio, haciéndonos meditar cuando vamos superando es estrés que causa el manejar, viendo a la gente toda, con las mismas prisas y tribulaciones, sus necesidades, sus problemas y sus vidas. Gente soportando frío, caras angustiadas, no por las compras, sino por el sufrimiento que causa la pobreza y la desazón de querer salir adelante, sin las oportunidades que tienen los privilegiados, los que se esfuerzan diez veces más de lo normal, para lograr vivir decentemente. La miseria, la pobreza, la enfermedad, el vicio, o el pretexto que querer olvidar una vida tan cargada de los eternos problemas que no permiten la paz…
Una sociedad cargada de un vano materialismo, egoísta ante la realidad del semejante. Una sociedad que se pierde entre la vanidad y la envidia de quién tiene lo mejor para sí, con el fin de soliviantar el dolor de los otros, haciéndolos ver, no lo que se tiene, sino lo que ellos, no tienen y que no lo tienen por ser una sociedad mediocre y un pueblo pobre.
Hablar de caridad en éstas épocas propicias, es fácil para unos, pero tema imposible para otros, pues son muchas las circunstancias o penas que la caridad, casi no representa el punto de satisfacción que la gente anda buscando en el mundo… Un mundo cada vez más alejado de la verdad.
La Caridad, como el sinónimo perfecto del amor que proviene de la misma esencia de Dios y que la proveyó al hombre, para que éste, estuviera cercano a su creador y que comprendiera esa dimensión divina para conectase con su semejante y poder estrechar su mano ofreciendo su ayuda para dar y hacer más fácil su existencia sobre la tierra y lograr una humanidad cada día mejor.
En ésta época, donde se habla tanto de amor… póngalo en la simple acción de la Caridad, llegando al necesitado, llevando sustento al que padece hambre, frío o cualquier necesidad. Invite a su casa al que esté solo o desamparado. Cocine un poco más de lo normal y compártalo. No olvide visitar a los enfermos o recluidos. Caridad, es el elemento verdadero que transforma no una vida, sino pueblos y naciones completas… Recuerde que las grandes necesidades de un Estado de país, tienen su certera solución en un auténtico Estado de Caridad. Por favor, un poquito de Caridad y pasen unas fiestas maravillosas, con la satisfacción de haber contribuido a un mundo mejor...
El chiste y la mala educación.
A medida que uno avanza en la vida y el chiste que todos vivimos, se va tornando lentamente en una verdadera mala educación, situándonos en lo que pareciera una nación de ingenuos, locos, inconscientes y sobre todo una nación de gente incorrecta que solo vive en el ensueño de la ambición, la envidia y el egoísmo.
El irrespeto e irreverencia hacia la vida, no solo por el torpe criminal que se siente poderoso al portar un arma, para quitarle el sustento al semejante, sino por aquéllos descarados que abandonan a los hijos, padres, ancianos y perros, para que sobrevivan como quieran, hace que el lugar donde vivamos, sea el peor de los infiernos y nosotros lo percibimos como una somera cosa de la vida y hasta pensamos que la vida así es y que la tenemos que entender de la misma manera.
Un anciano sano, que se abalanza sobre un asiento disponible, ganándole a una señora embarazada, con un niño y bolsas de mercado a cuestas, nos dice mucho de lo que éste gran patán nunca aprendió, ni tampoco nunca enseñará, pues no comprende ni la idea, ni el valor. Un borracho prepotente y abusivo, que ha despilfarrado el sueldo y el gasto de su casa y de su propia familia y llega con gritos y exigencias que lo atiendan, como un gran señor, demuestra un total desconocimiento de la riqueza que se está perdiendo y el resentimiento que se causa en la siguiente generación. El joven de hoy, el gran experimentador, pero no en valores, sino en drogas, alcohol, tabaco y aberraciones, con la estupidez de convertirse en todo, de todo y por todo, que no lo hacen menos ni más, pero si con un futuro más incierto por esa libertades tomadas, amparadas e inducidas por comerciantes del horror… ¿Y qué podemos decir de los niños? Una ingenuidad bondadosa que se convierte en maldad, gracias a lo que se vive alrededor de la vida. Usándolos en la explotación social, laboral, sexual y criminal, que nunca comprenderán del porqué de la vida y su existencia.
No hay respeto por las autoridades, ni tampoco éstas demuestran ninguna de las bondades para con el pueblo. Corrupción, vicio, ambición desmedida; unos porque la hacen y otros, porque no tienen la oportunidad de hacerla y que si la tuvieran, resultarían peores que los presentes.
No comprenderemos, ni tampoco trascenderemos, mientras nosotros mismos no fomentemos el arte de las buenas costumbres, para no dejar pasar éste tipo de detalles en nuestra sociedad, pues nuestro buen actuar, tiene que ser batallador y un ejemplo edificante.
Una interminable lista oscura, que resultan siendo un chiste de mala entraña, con grandes carcajadas, en los velorios de las víctimas culpables e inocentes, que nos dejan acariciando un terrible dolor, dónde tampoco tendremos respuestas, ni lecciones aprendidas.
Quisiera concluir con el último, pero no menos importante de dicha lista; nosotros no seremos una nación rica y trascendental, mientras existan imbéciles que juntamente con sus hijos, se den a la tarea de abandonar en las calles a su propia mascota y que nosotros mismos, no podamos hacer algo por normar esa monstruosa acción. ¿Si contamos con esa mala acción, qué podemos esperar con todo lo demás que nos hace mal educados?
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