Un Matrimonio de Oro.

En todos los tiempos, no es lo mismo cincuenta años etarios, que cincuenta años de un matrimonio, que equivale no a una vida, sino a todas las vidas, como los círculos concéntricos que representan una eternidad. Por Antonio Moran del Cid A: Ruby Santizo de Hernández y Víctor Hernández Dos vidas fusionadas en el amor y el vínculo sagrado de un matrimonio que ha perdurado a lo largo de cincuenta años como un simple decir… Pero decirlo y vivirlo es completamente otra cosa, donde resalta lo osado en enfrentar las circunstancias que la vida nos trae, hasta saberse cómplices con una sola mirada y comprenderse con ese lenguaje que juntos han creado y a la vez descifrado y que es solo para ellos. En el mundo, vivimos, convivimos, sabemos de lo que se trata un matrimonio, dónde unos perseveran y otros se quedan en el camino, con una soledad, más solita que ninguna y aunque resquebrajados, quieren continuar en la búsqueda de un verdadero amor y lograr una verdadera felicidad. Un Matrimonio de Oro, lleva plasmado sin necesidad de pronunciar una palabra, el testimonio vivo de lo que ha sido un verdadero Matrimonio, extendiendo ese mandato y ejemplo al fruto de su familia y a todas la familias del mundo, que trae consigo no solo el testimonio, sino el valor del Amor verdadero, la fidelidad, la armonía, la confianza y sobre todo el respeto y la abnegación. Recientemente, estuve presente en la celebración de uno de estos Matrimonios de Oro, de Ruby y Víctor Hernández, una fiesta auténtica entre amigos de trabajo, estudios, de profesión, familiares y vecinos amigos, que son la gente de la vida y fue una celebración muy diferente, donde todos nos reunimos en la concelebración, para estrechar y bendecir a dicho Matrimonio y ellos muy oferentes y felices, nos presentaron más que su ejemplo de vida y una inspiración manifiesta, para que nosotros continuáramos por el buen camino del Santo Matrimonio. Qué dicha contar en la cercanía de la gente de mi existencia, con uno de estos Matrimonios de Oro. Gracias por esa vida y ese ejemplo para todos. Un Matrimonio de Oro, nunca se pierde, más bien siempre se gana y siempre se edifica, pues está tallado en el crisol de la vida y la bendición, que viene del corazón mismo de Dios.