Ranciedad

*Begoña Bravo Llega Diciembre, luces, algarabía, fiestas, compartir con amigos, tamales, ponche, excesos, abrazos apretados, buenos deseos, tu ausencia, halagos de terceros, tu lejanía, enamorados persistentes, la soledad,el calor de un beso robado, la realidad en la falencia, tu en la memoria y en losrecuerdos que yacen, cada vez más lejos delpalpo de la piel. Sin poder evitarlo formas parte de las preguntas, sin respuestas, apareces en las dudas que florecen sin abono, en los instantesde fechas, llenas de amor que se dan por hábito, emociones,olores, sabores y costumbres. Hace mucho que no formo parte de los soles y mucho menos de tus lunas, pero es algo que no controlo, como ignorarte, cuando el amor renace en cada corazón, el mío se reserva en incógnita de negación evidente, sin apariencia. Me increpo, me cuestiono, me seduzco para convencerme que son fechas de amor, hay que ceder, dar, siempre dar, tú lejos, aun estando tan cerca, los nietos, los hijos ausentes, los cercanos, las promesas de estar juntos unas horas, me presiona, me convierto en el panegírico de tus defectos, me manoseo las intenciones. Al final me digo, ¡más si!... es navidad fechas de disque amor, de compartir, y pienso: con esto de la tecnología ojala y de verdad compartan, con miradas, caricias, lisonjas, elogios que tocan el alma, sonrisas que cautivan, actitudes que enamoran, gestos que convencen, palabras que taladran el corazón y se quedan a vivir. Y... como mujer acomodada a las buenas normas, cenaremos en familia, guardando las apariencia, despotricando amabilidad, convertidos en la esencia de las buenas normas, sin amor y mucho menos pasión, solo por los fuegos artificiales de las doce campanadas que anuncian el nacimiento de Jesús y nuestra inminente partida. Entonces nos diremos adiós dejando en la mente de todos, halagüeñas esperanzas ¿y dirán...?, ves como se llevan de bien, si hasta parece que se aman y envueltos en el ambiente de los posibles, hasta habrá alguien que se atreva a especular, y decir ¿quien dice...? a lo mejor y reanudansu matrimonio, nada tan falaz. Por supuesto sin faltar el escéptico más realista y alejado de los amoresde situación dirá: ¿será posible? y entonces como el típico villano bajarade la nube a todos aquellos que en algún momento pensaron en posiblereencuentro, sembrando ya no recelos sino los imposibles cada vez másposibles nacidos de la incredulidad de lo quisquilloso que es creer en la falacia provocada por época de amor y hábito. Ven ramillete de rutinas estacionarias, hagamos alarde de hipocresía sutil disfrazada de verdad, que hoy se viste de realidad porque la vieja usanza así lo ordena y manda, y como todo precepto se obedece, con trampas y consecuencias. Pero como son fechas de tradición y costumbres lo mejor es seguir reglas, que mandan buenas normas, sin que sepamos a veces que hacer con ellas…