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sábado, 9 de julio de 2016

Mi Allegro y su encuentro con Seresto

Mi Allegro y su encuentro con Seresto




Allegro, es un cachorro Schnauzer tipo mediano, de color sal y pimienta,  que ya cumplió en este momento, 18 meses de vida y cada día que pasa, ha ido conquistando espacios que para él son esenciales como la sala, las habitaciones, el estudio y prácticamente todo, incluyendo la conquista del corazón de mi Esposa y el mío.

Por Antonio Moran del Cid


Se hizo parte de la familia, casi de inmediato y el perrito tímido y tembloroso de antes, se convirtió en el guardián travieso y cariñoso, que cualquier persona quisiera tener.  Es educado, juguetón, curioso, colaborador y muy exigente, eso quiere decir que todas sus actividades las tiene programas, como si fuera un reloj suizo y esa agenda, es inevitable de cumplir.

Este familiar de cuatro patas, vino a nosotros como un regalo, luego de mi experiencia de salir de una enfermedad e intervenciones quirúrgicas en el hospital… La tarea no era sencilla y volver a empezar, tampoco lo era y era necesario, volver a retomar el camino de la salud con una dinámica de ejercicios y una entereza por la vida, para no sufrir otros males, ni tampoco caer en esos terribles niveles de depresión.





Nuestro Allegro, de inmediato adoptó a mi Esposa como su mamá humana y a mí, como el paciente que tenía que atender siempre, en todo momento, creando en su agenda natural, el salir a caminar conmigo, los siete días de la semana, tres veces por día… Cuando yo no tenía ninguna intención de salir, me lo encontraba sentado frente a mí, con esa tierna mirada que ponen los perros, cuando están viendo un hueso y al final, lograba que le pusiera su arnés y la correa para llevarlo al parque del condominio.  Un parque precioso con áreas deportivas, rodeado de bosques naturales de aproximadamente diez manzanas de terreno.   Su paseo, consiste en recorrer todo el entorno, caminando, corriendo, husmeando y rastreando todo tipo de cosas, metiendo su nariz entre las hojas y la grama, tratando de cazar alguna ave o mariposa, que sin lugar a dudas, cuando llega a ellas, solo se encuentra un rastro de viento fugaz, que dejaron sus amigos voladores.  Nos sentamos por momentos, para recuperar el aliento y continuar con el propósito de hacernos más fuertes y más veloces que cualquier pájaro.






Y claro, no podían faltar los amigos perrunos, que se acercaban, unos corriendo y otros tomando sus distancias, mientras se convertían en amigos y formaban una jauría, que en momentos era grande y en otros se desaparecía, como había venido.  El nombre extraño de nuestra mascota Allegro y sus varias cualidades, se hizo en poco tiempo muy popular en el lugar y tanto los perros como los niños y los padres de ambos, empezaban a mencionar el nombre de nuestra mascota, alrededor de todo el parque.  Corría y jugaba con niños, iba tras  la pelota, subía correteando las pequeñas montañas de tierra y grama, se conocía los vericuetos de los bosques y cuando se cansaba de marcar todo el territorio, se preparaba para llegar con sus amos y sumisamente se dejaba poner la correa, para volver a casa.

Luego de sacudirse unas cuantas veces y recibir su cepillada y beber agua en abundancia, se proponía a comer su concentrado y alguna otra cosa que pudiera conseguir por medio de sus encantos… Eso significa, ponerse enfrente, poner su rostro en la rodilla de uno y otras veces menos delicado, era rascar el codo de los amos para lograr su cometido de un bocadito más…

Lo preocupante era, que empezaba a rascarse con más frecuencia y empezamos a encontrarle pulgas y alguna que otra garrapata y eso nos desmotivaba para continuar con la terapia y ejercicio y todas las actividades al aire libre que ya veníamos desarrollando por varios meses.  Entonces, la espulgada y la vigilancia, ya se hicieron más detenidamente, pues sabíamos que todo el parque estaba infestado de éstas plagas de minúsculos enemigos para la salud.






De inmediato averiguamos las posibilidades de jabones, líquidos, polvos y cualquier producto que coadyuvara contra todos estos bichos, pero siempre era un problema su uso y sus efectos secundarios.  Nos dispusimos a buscar un collar anti todo, pero el olor parecía insufrible.  Su baño empezó a ser cada ocho días, con vigilancia diaria y ahí estábamos con esa des coyuntura.

Un día recibimos la invitación, por parte de la Agencia P&P, que le lleva las Relaciones Públicas a Bayer y providencialmente, era para el lanzamiento del collar de Seresto, un collar indoloro, creado especialmente para velar por la salud de estos tetrapatunos, eliminando en el término de dos horas, cualquier bicho que pretendiera invadir el pelaje de las mascotas y con una duración de ocho meses.  Luego de una serie de preguntas y varias respuestas acertadas, vi las buenas posibilidades de dicho producto.  No me imaginaba que me darían un collar como obsequio.  El collar, de color gris, elegante, con botones refractarios, para los paseos nocturnos, ajustables, hicieron la vida de nuestro Allegro, más fácil y feliz, ya que durante ocho meses, el producto hizo su tarea, no hubo efectos secundario y estuvo probado, durante todo ese tiempo, todos los días de esas treinta y dos semanas y por supuesto, el presente artículo, es para agradecer a Bayer la oportunidad de conocer sus productos, que por muchos años, hemos sabido que son Buenos.  
Saludos cordiales.

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